Una madre es figura de protección, cariño y amor. Lucha por sus hijos y jamás los pondría en riesgo. Pero hay mujeres que no nacieron con ese instinto protector, ven a sus hijos como una carga y en otros casos, como objetos de beneficio personal obligándolos a actos denigrantes.
Nunca llega uno a imaginarse que una madre es capaz de hacer daño a su hijo, hasta que el asunto sale a la luz.
Una mujer recientemente fue detenida por la policía, debido a que su hija menor de edad la denunció por prostituirla. Vendía a la joven de 15 años, por unas horas, a través de la aplicación WhatsApp. Por ese medio daba precios y horarios en los que la jovencita podía verse con los ‘clientes’.
Por declaraciones de la menor, se sospecha que tuvo relaciones con hombres desde temprana edad, así que se llevará a cabo un extensa investigación del caso.
Al detener a la madre la policía le encontró el celular con las conversaciones delictivas; los varones involucrados también serán investigados y si resultan culpables irán a prisión por corrupción de menores.
La madre será presentada ante un fiscal, acusada de pornografía infantil y corrupción de menores.
Aunque suena descabellado, cada vez son más los casos de mujeres que obligan a sus hijas a cometer actos ilegales para su beneficio, y la mayoría nunca se dan a conocer porque las víctimas callan por miedo a las amenazas de quienes las tienen bajo control.
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